martes, 3 de mayo de 2011

De como tomar bien un licuado a los veinticuatro años


I

Un noticiero que conozco le pondría a la imagen
de la trituración de la banana en la licuadora,
una música trágica como cuando
dos autos chocan.

 Pongo stop,
a la pasta de banana
le agrego leche
le agrego azúcar
hago un enchastre en la mesada de la cocina y
sé que la chica que limpia anda atrás mío
con un trapo en su mano sin alianza
y una puteada en su boca.

(Respecto a la chica que limpia en mi casa
ahora que lo pienso soy como un equipo de fútbol
y ella mi hincha, me sigue a todos lados
con su bandera,
en este caso,
con el trapo.
su canto de cancha,
en este caso,
su canto de mesada de la cocina sería
vamo vamoo malcriadaaa vamo vamoo
a enchastrarr que estaa idiooota con el trapooo
no te dejaa no te dejaa de limpiarr)

Enchastro o licuo un poco más
y servime la mezcla en el vaso este, papá.
que yo para servir,
sí, sos un desastre,
se calla la chica que limpia.

El momento en donde me tenga
que limpiar los bigotes blancos
por los que me reten
ya estás grande che
se corona con la pregunta que más me hace reír
¿no te enseñé yo a tomar bien un licuado?
no, papá, me enseñaste otras cosas,
de los licuados nunca me hablaste,

de los licuados nunca me hablaste
pero me enseñaste a
a pagar
la cuota a tiempo
"para que no te miren mal"

a prender
la luz a tiempo
"para que te vean bien"

a alegrarme
a tiempo
por las pequñas cosas
"porque si te alegrás seguido vivís más
parece, no estoy seguro, pero parece que es así".

II

La señora arrugada de administración
cuenta los billetes de mi cuota detrás de un vidrio
y dice gracias a dios
ahora sí, nadie debe nada.
¡elisa, ponete contenta!
la que debía ya no debe.

Así como ya estoy grande para
tener los bigotes blancos después
del licuado de banana con leche y azúcar
también estoy grande para gritar de emoción
en el vestuario delante de todas
el haber zafado de la revisación médica
porque es una pequeña cosa
por la que me debería alegrar
porque según vos, papá, si me alegro seguido vivo más
¿por qué me alegro?
¿tengo algo que esconder?
¿un hongo, un miedo, un enrojecimiento prohibido,
un pelo, un germen, una pielcita levantada que arde,
un piojo XL, una cascarita por salirse?
¿o me ven cara de no necesitar revisación?
¿o se olvidaron de mí?
no se olviden, mejor sí, mejor quiero que me hagan la revisación médica
y no me importa si me encuentran algo y no me dejan meterme después,
pero lo menos no se olvidaron de mí.
 
De cómo tomar un licuado nunca me hablaste
pero sí me enseñaste a
tolerar el olor a cloro
"es rico el olor a cloro,
al principio sí, es medio asqueroso,
como el de la nafta cuando paramos en
alguna estación a cargar pero después
te termina gustando".

También me enseñaste a
sumarme a la clase de natación
callada con el gorro ya puesto
y la maya deportiva tapando todo
lo que constantemente me crece
y a sacarme el maquillaje de los ojos
antes de tirarme de cabeza, aunque
yo no sea la mejor tirándome de cabeza.

y no me exijas con mirada militar que
haga quince largos sin descansar
porque recién voy por la segunda clase
y acabo de pagar la cuota del
primer mes para que no me miren mal.

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