"El mundo cambió y el Ratón Pérez también. Ya no es el Papá Noel de la dentición, ya no es el inversor, ya no premia, ya no va almohada por almohada a poner la plata . Ahora es un animal con cola que busca cambiarse el apellido."
Mirá, lo que pasó fue que estábamos discutiendo tranquilos, si? pero en un momento todo se fue al carajo, hubo manotones, empujones, los mismos insultos de siempre, me dio fuerte, yo respondí, viste como soy que cuando me dan yo no me quedo quieta y nos caímos. Por una pavada discutíamos, qué se yo cuál, no sé cuál, no sé por qué tanta insistencia por querer saber por qué discutíamos, una pavada fue, no, no te estoy mintiendo, realmente no me acuerdo, viste cómo es, uno no se acuerda de las pavadas. No era importante, la cuestión es que los dos caímos, sí, terminamos en la cama de Joaquín.
Sí, ahora nos queremos matar, en un primer momento pensamos que el ruidito que escuchamos era porque partimos dos pastillas blancas de menta pero acabamos de aplastar los dos dientitos que recién se le cayeron. Nosotros somos los papás de esa boquita que sangra y grita que está feliz porque va a recibir un montonazo de plata porque esta vez las paletas se le cayeron a la vez y con eso se liga más. Parece que en internet hay categorías, cuando se cae un diente es un precio, cuando se caen dos juntos otro precio, y cuando se caen dos paletas es como ganar en el casino el premio mayor, es mucha más plata. Nosotros somos los papás de Joaquín y se nos cae la cara de verguenza.
Esa boca que sangra ahora está en el baño. Se escucha la canilla abierta. Joaquin hace buches de agua, los primeros son bien rojos, escupe mucha sangre, después amaina a rosa y nosotros aprovechamos los buches de la boca que sangra para salirnos de la cama, reincorporarnos, y poner cara de no haber aplastado y destruido sus dos dientitos para cuando vuelva del baño y nos sonría.
Nosotros somos los papás de Joaquin y pasamos de la cara de culpables a la cara de no haber aplastado y destruido absolutamente nada. Somos malas personas pero grandes actores. Ahora estamos listos para que la boquita que dejó de sangrar salga del baño y vuelva a su habitación.
Que venga nomás, nosotros ya tenemos nuestra coartada.
Sí, señor Juez, sí, uno es una mierda realmente, uno escucha cómo se va rompiendo algo, uno escucha de principio a fin el ruidito, el traaack, trick, de lo que va siendo roto y no hace nada. Uno sigue en lo suyo a pesar del ruidito. Sí, sabemos que es un horror lo que hicimos. Pero no hay un pegamento, no hay nada que pueda juntar y volver a pegar los pedacitos de las paletas que partimos durante nuestra absurda pelea en la cama de nuestro hijo.
Joaquin llega a la habitación con su boca seca y nos sonríe y yo le digo "Joaquín, qué lindas ventanitas que tenés, son muy grandes y muy hermosas, entran muchas personitas por ahí no te parece?" , es ahí cuando me doy cuenta por dónde nos conviene tirarnos, por dónde nos conviene escaparnos, el papá y yo cuando se de cuenta de lo que le hicimos.
Yo, lo único que sé, es que estábamos discutiendo tranquilos. Esta no es frase para ningún juez, es lo que lo voy a decir a Joaco cuando se le pase la bronca.
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