martes, 1 de enero de 2013
nueva en este barrio
vengo del supermercado chino
sostengo bolsas livianas,
ya saqué las llaves del bolsillo,
las tengo a mano para entrar,
avanzo hasta mi edificio
erguida,
ingeniándomelas
para nunca esconder mi busto
bajo la mirada para confirmar lo que compré
y entiendo
que soy vaga para
buscar buenos precios
ahora cuando llegue a la puerta
estaría necesitando
que un caballero me abra el ascensor
que no me diga qué compré
sino que me diga a qué piso vas
y conocer a ese vecino
con el que se sube en silencio
pero no pongo un paso más
para llegar a mi casa
porque me detengo
y es ahí cuando se me caen las bolsas livianas en medio de la calle
es que han estirado un trípode en la esquina de esta cuadra
lo pusieron ahí, nadie lo nota, yo sí,
mientras mis bolsas están siendo aplastadas por los que pasan
mientras mis yogures ruedan ya agujereados
mientras miro al trípode y espero que alguien le coloque una cámara
quizás en el palier de mi casa
ya haya un caballero
que me está abriendo el ascensor
pero la apertura de ascensor
y la pregunta de a qué piso vas
no la estoy recibiendo yo
sino la está recibiendo otra vecina
que se pone colorada,
me estoy perdiendo
ese momento único
de ponerme colorada
porque estoy acá
con la certeza
de que en la esquina
de esta cuadra
van a filmar algo
y no sé a quién decirle
que quiero ser
la protagonista
de la película del trípode sin cámara
es obvio que si no es ahora
va a ser dentro de un rato
no puedo irme a mi casa
porque de hoy no pasa que van a filmar algo,
y no sé , no sé quién tendrá ganas
de bancarse que lo pare y le cuente
que hoy van a filmar algo y
que yo me estoy aprendiendo
el libreto para dejar de ser la nueva en este barrio.
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