miércoles, 18 de febrero de 2015

Es bastante divertido escribr una carta para alguien que no la va a leer

No Te Va Gustar lo que voy a decir pero a veces uno pone anhelos, que no son nacidos de ahora, en el otro que recién conoce. Vos pusiste tus anhelos viejos en mí. Eso pasó. Y yo, no es que no anhele lo que vos anhelás, pero loco, para anhelar hay que anhelar de a dos. Es imposible vestir al otro con tu deseo como si el deseo fuera una ropa que se saca, que se pone, que se le pone chuavechito. Vos a esto lo llamaste "Apurar mi propia vida con vos". Ok, perfecto. Sí. Abono tu teoría del apuro. Te sentaste en tu balcón con un vaso de gaseosa hasta el tope y una caja de puchos a hablar de tener hijos, vivir juntos, todo, juntos y ya, bien ya. O ya o nada. "Equivoquémonos". Te sentaste en tu balcón delante mío a obsesionarte con la cronología de la misma puta vida porque pareciera ser que la vida termina rápido y hay que hacer todo a los pedos. Los anhelos a los pedos. "Equivoquémonos si hace falta". Me decías algo así. Ahora yo me pregunto: ¿Por qué carajo yo me querría equivocar con vos? No se me cantaba las pelotas equivocarme con vos. Mientras, vos con tu canto de cancha, con tu Pappo's style: "O ya o nada. O ya o nada, nena". Pero así están las cosas país: ya no estamos juntos.
Hoy, el que puso sus anhelos viejos en mí, en el día de su cumpleaños, me tildó de "dejada". ¿No será, insisto, que me decís "dejada" porque justamente me endilgaste tus anhelos a los veinte minutos de conocerme? A los veinte minutos de conocerme. Dejada, intuyo, es tu manera de decirme que tus anhelos en este momento de tu vida no son mis anhelos en este momento de mi vida. Sí con vos, pero no ahora. Tomo tu "dejada" como ciertas ganas tuyas de herirme un poco. Y está bien. Todos queremos herir al otro. Igual para que haya una dejada tiene que haber un dejador. Para que haya una Yoko Ono de rulos recostada y desnuda hecha un fetito amoroso tiene que haber un John Lennon, de traje y trabajador de Lun a Lun, que le preste su cama. Que la envuelva en sus sábanas y le de lugar en su vida. Parece que el John alimentó la supuesta dejadez de la Yoko. Entonces, a no hacerse los boludos, todos responsables. Qué se yo.
Hablando de dejada y de dejar, me pregunto ¿qué le puede haber dejado de bueno una chica de 27 a un tipo de 35? (Ni que la diferencia de edad fuera wow jaja) ¿Gritos en la casa, pelos en la cama? ¿Estas palabras? ¿La ensañanza de que ir rápido es ir trágico? Quizás todo eso y más. O quizás nada. Nada. Andá a saber. Y está bien no dejarle nada a alguien. Está bien triste. Ahora tengo ganas de borrar la pregunta reboluda que hice hace unas líneas atrás de: ¿Qué le puede haber dejado? Y porque esto no es y no fue una competencia de quién le dejó más a quién. Por eso la borro.
Va una oración larga: Feliz cumple al macho sabelotodo que tiene la verdad de todo y que se lo puede coger todo con tan sólo bajar la ventanilla de su auto y mirar para algún costado fijo fijo fijo con esos ojos..esos ojos que me dieron ganas de volver a ver y tener la primera vez que los vi y lo bueno es que los pude tener, aunque sea, por un tiempo.
Juntos por ahí nos faltó fumar un porro medio canchereando y ver el mar. Alguna cosa más también. Eso nomás. Yo también me puse a escribir. Un beso.

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