aunque la profundidad de las aguas
las decide siempre el nadador
hoy digo:
mi cama es un lago
y yo ya me ahogué,
ninguna elongación me convertirá en un cisne
y ningun brillo extra me convertirá
en estrella.
soy pura fortuna
venida del cielo
que vive en este colchón,
soy un flaco meteorito
que ya cayó
tan desapercibidito
que en ningun diario salió.
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