lunes, 7 de agosto de 2017

Sobreponerme

Disfruto tanto sobreponerme a los gritos,
que gritaría aun si no tuviera que 
sobreponerme a nada. 

A los gritos perdonarse.

A los gritos todo. 

Sabio es el que grita 

y corre en dirección contraria 
al grito que dejó.

Hombres devueltos a las calles  
Luego de subirse a la tragedia 
De conocerse finitos y enfermos.

Hombres que parecen decir:
Estoy aquí para tomar un café diminuto  
en este contigo recreo para contarte
graves sucesos
que, por suerte, rozaron a otros. 


Hombres que parecen decir 
Y no dicen nada.
Hombres que padecen decir 
Y dicen.

músculos de pantalla,
chifladas publicidades, 
músicos que podrían hacer música con sus ruidos de adentro
en vez de insistir con un instrumento,
otro día, -no hoy- te presento a mi ciudad. 

Morirás al ritmo diarreico 

de un yogur caliente,
y carísimo,
bien de creyente
comerte lo que te dan, 
esto te pasará, 
esto te pasará, esto te 
pasará, caos, caos,
morirás,
otro día, -no hoy- te presento a mi ciudad.  

Yo disfruto sobreponerme a mi vida

con ingestas de chocolate
ni muy derretido ni muy frío
regalado por mí en vísperas de saldo negativo.
Lo dulce me disciplina.
Lo dulce me disciplina tanto 
que puede romperme los dientes 
sin avisar.

Mis millones duran segundos por eso nadie 

se atreve a llamarme millonaria,
Soy rica en respiraciones completas
que no me sirven para una mierda
Inhalo, tiendo más a la pobreza, 
Con delicadeza yo exhalo:
no me puedo relajar.

Me preguntan 

de qué estoy hecha
bolsa, bosta, percha,
variadas maneras
de hablar del cansancio 
cuando es físico y mental.

Mi ahorro del momento 

consiste en seis manzanas
que forman un kilo
las voy a pelar a todas
voy a prender el horno y 
próximo paso, 
agasajarte con un fucking crumble
pero ahora estoy con mil cosas no puedo perdón
como todo en esta vida sé que si no activo 
mañana puede pudrirse el kilo
Y la pasión del moho hará estragos
mi fortuna frutal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario