A esta altura del año muchos andan rogando algo.
En cuanto a mí
No sé pedir milagros.
No sé pedir milagros
Porque creo que no sé en qué creo.
Tengo muchos amigos que sí saben.
No quiero copiarme de ellos.
No quiero imitar sus métodos.
Es hoy y sigo sin saber pedir milagros.
Quizá se me haya metido la tonta idea
que necesito uno.
Un milagro.
No te asustes pero estoy tensa.
Tengo nuditos por todas partes.
Quizás la contractura de octubre me tenga así:
quizás lo que necesite
sean unos
buenos masajes
desde el cuello
hasta el tobillo,
un merecido milagro muscular
y unas manos de ensueño
que se encarguen
de todo.
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