Desbocarse ante la restricción,
Respirar hondo y rebelde,
Achicarse nunca,
Desobedecerlo todo.
Ser niño.
Berrinche a la mañana,
Besitos cuando atardece.
Esperar a que te levanten en brazos.
Te alzan. ¡Sos feliz!
Pellizcar a tu hermano
y después sí:
A upa hasta la cima.
Sobre la espalda de sus hijos
la madre montaña
sopla un canto
que encierra calma y furia.
Borrascosa
y sin tiempo su dicción,
la madre desafina compungida,
a gritar a distancia,
al amor desaforado,
a eso se dedica
sí, a eso,
porque sabe
que aunque quisiera,
no puede estar en todos lados,
de verdad no puede.
Una tormenta que no empieza
lo mismo que una nube que no es blanca
a cualquiera inquieta,
si somos niños,
si sos feliz cuando te alzan,
que no importe nada:
pidamos ir a upa
hasta la cima.
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