Aún puedo ser hermosa.
Lo sé.
Tengo
la cara llena de horarios disponibles
la piel ardiente pero desmejorada
y en mi agenda anoto
dos palabras mucho sueño.
Reposo en la idea
de que aún puedo ser hermosa
porque se sabe que me abandoné un rato como quien se baja de un auto a estirar las piernas y tomar fotografías de piedras y soledades
pero el abandono tiene salvación
y es reversible la mayoría de las veces
por eso creo
que estoy a tiempo
de descartar mi versión soñolienta de años
e iniciar la reconstrucción
de mi sísmica belleza,
estoy con ganas de seducir
a quienes nunca me miraron
regalar mis siestas
para que otros duerman
lo que yo ya dormí
y tomarme de rehén el tiempo que sea necesario
para prodigarme buenos tratos
y drenarme importancia,
así sí
es probable que gane algo de hermosura.
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