martes, 5 de diciembre de 2017

Mi madre en Buzios.

Tuvo un impulso, se sacó un pasaje, quiso relajarse, dijo que se lo merecía.
Que perdón por contarlo sobre la fecha, que me voy mañana, estoy emocionada, nunca salí del país, que ya le avisé a tu hermano para que estén al tanto vos y él, mi única familia, los únicos que tienen que saber dónde estoy.
Destino, Buzios.
¿Cómo la estás pasando, mamá? Tengo el aire acondicionado prendido a todo lo que da.
Ok, ¿ya recorriste algo? Estoy acá en la cama de la habitación con los Simpsons en portugués, no entiendo nada.
¿Te gusta dónde estás? Sí.
¿Estás bien? Y no sé cómo estoy, es muy pronto para darte una definición de cómo estoy, muy pronto para decirte si todo bien, si todo mal, llegué ayer.
¿Y esa voz? El hotel no tiene desayuno. Pero sabés qué, yo tengo Twitter, y de vuelta en Buenos Aires puedo escrachar a la imbécil forra de la agencia. La que me vendió esto como si fuera un paraíso. Un paraíso de mierda. Alejado de todo.
Tranquilizáte, mamá. Estoy muy tranquila. Esto donde estoy queda a 25 cuadras de la playa, a 30 del centro, a 10 tengo el primer almacén para comprar agua mineral para no morirme de sed. Me canso de caminar, no quiero caminar. Esto es para venir con alguien. Adiviná de dónde es el gerente, argentino, un sorete, me habló mal de entrada, ¿ya dije que es un sorete?
No grites que te van a escuchar. No te hagas mala sangre. No me hago mala sangre y que me escuchen si están detrás de la puerta escuchando, que escuchen que mi habitación da un patio. ¡A un patio! Ni siquiera a una puta palmera con un coco colgando. Nada. Desde mi ventana no se ve el mar, no se huele ninguna belleza prometida. No veo el mar, estoy en Brasil pero tengo Twitter.
No entiendo qué tiene que ver Twitter.  Que cuando yo arrobo desde la indignación puedo llevarme puesto a unos cuantos, tiro munición pesada y caen varios, ¡los hago mierda!
Se le quiebra la voz en el sexto audio de whatsapp, todo me sale mal, todo pero me lo tomo con humor, no es justo, Jenny.
Mamá, claro que no es justo pero yo no te mandé a Buzios, ya te saldrá todo un poco mejor el plan, elegirás, calcularás, preverás mejor la cosa.  No es grave, son sólo unas vacaciones un poco torcidas, es lo que no imaginaste pero en tu cara, respirá, quedáte en la habitación, mirá los Simpsons brasileros, en unos días ya volvés. Eso le dije. Que yo no la mandé a Buzios, que mire un rato al Homero carioca y se calme. No sé si es forma de hablarle, pero a veces me pregunto cómo hablarle a quién te saca de quicio, cómo hablarle, cómo, más si es mi mamá, Fanny Ka.




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