domingo, 16 de junio de 2019

euforia

despiadada,
etílica,
moribunda
mi lengua
desintegra
el chiste…
arrepentir la gracia preparada,
arrugar los planes de extroversión
cagarse en las patas es cuestión de segundos,
encender el propio boicot,
no voy a hacer reír a nadie
no hay química con mi público,
sssssssssss
sssssssssssssssss ssss
esta noche
las abejas entraron,
sssssss sssssssss
las abejas
ofrecen tanta
miel…
y yo les tengo tanto
miedo…

no me tiene que avisar nadie
que estoy roja tomate
cuando corro contraria
al destino desastre,
mi picadura son las obligaciones,
estoy hasta acá
de empalagosas misiones.
yuyo sonoro de las bocas,
hierba de dientes como pocas
mi risa anda trabada
como la Internet enojada
cuando le comunican
que debe deslomarse
el doble en vacaciones…

no hay eufóricos
a mi alrededor
y se siente raro
que nadie sea estruendoso en el amor,
que nadie grite un gol
sin miedo a perder su voz por semanas,
que nadie estornude para todo el edificio,
que nadie se hache cuatro dedos
de un portazo,
que nadie quiebre mis vértebras
de un abrazo,
se sienten raros
los días sin la euforia de los otros
y es raro sentir esta rareza porque
siempre detesté a los eufóricos.

nada se parece al silencio de abejas entrando,
a mi miedo y a su miel.

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