sábado, 31 de diciembre de 2011

Primeras impresiones

tengo un secreto paralelo de vos, 
un secreto más interesante que el secreto que yo ya sabía,
tenés el chaleco de fuerza más resistente de todos
pero ni un pelo de esfuerzo para decir coherencias.


el que quiso celeste le costó un ahogo en el mar, 
el que quiso negro apagó la luz a las nueve de la noche un 31 de diciembre
y se despertó a las 9 de la mañana el 1 de enero sobrio de experiencias
festivas.


una muda de ropa pero también una muda de habitaciones,
a la habitación una entra como mucama para cambiar las sábanas
pero se va de la habitación como reina de bata y perfumada
gritando altiva que le cambien sus propias sábanas
olvidándose de lo mucama que fue.


en esta habitación no abunda la luz
y es ideal para ponerte a leer
un diccionario
de principio a fin
encontrarle sinónimos a la ceguera que te buscás de joven
para evitar ver tu futuro arrugado 
que te espera estacionado en doble fila


acordarse la letra es cosa de escritores y no de actores,
los actores en escena pisan tus ojos y los hacen mierda,
por eso después del teatro necesitás un cafecito en av. corrientes para despejar
y si me preguntas a mi, a mi me gustaría actuar 
pero qué digo! 
si yo ya actúo cada vez que digo sonriendo
buen dia en el trabajo,
cuando en realidad un buen día para mí
sería que mi almohada
me apunte la sien y despertarme recién 
para el almuerzo.


solo una vez se puede romper un espejo,
si se rompe más de una vez 
es que el espejo no es espejo
y todo este tiempo te estuviste mirando en el barro
no solo mirándote en el barro, sino pensando que lo sos.


y cuando te bajes del taxi, pagues 
y toques timbre 
en tu nueva casa
no pidas ayuda para levantar la valija,
bancatela solo, no pidas ayuda por nada del mundo
porque si alguien te ayuda,
se van a dar cuenta de todos 
los rechazos 
que hacen pesado tu equipaje,
porque las primeras impresiones
siempre tienen que contar
con un cartucho lleno de tinta.

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