domingo, 11 de agosto de 2013

Amanezco
muy temprano
preguntándome si hay algo peor
que tener una cara de dormida
que difícilmente se vaya a acomodar 
con las horas.
Y hay algo peor, sí:
no poder elegir, desde hace años,
la hora de despertar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario