miércoles, 16 de agosto de 2017

Para que descanses

tiro, tiro, tiro del pétalo
y no lo puedo arrancar,
me pregunto que clase de vida 
llevo 
que me enfrentan a una flor 
y no la puedo deshojar,
tiro, tiro, tiro de los dormidos
y a nadie puedo levantar. 

cansados nos veo, cansadísimos, 
necesitamos un refugio lejos de la ciudad,
y tiempo necesitamos, vos más que nada,
para que te guste, te vuelva loco lo que cocino.
llevo encendedores, repelente, varios toallones,
platitos de plástico y leyendas guardadas en mi cabeza
para contarte de noche 
cuando prendas melancólico 
un cigarrillo en la oscuridad.

apareció la sonrisa ejercitada
como una cortita serpiente
e impactó como trueno insolente,
impactar me impactan las penumbras,
desde niña
porque de allí pueden emerger
monstruosos motivos para escapar 
y yo 
desde niña 
detesto las fugas. 

camisones, crisis, y agotamiento hasta los pies,
cansados nos veo, cansadísimos.
sin embargo:
debates carnales, efímeros y cantados,
donde todos tenemos la razón de todo.

ayudar a nadie a cruzar la calle.
eso me pasaba en la ciudad.
sigo sin poder demostrar mi bondad en centros urbanos.
¿qué pasa que sigo sin poder demostrar mi bondad 
y ¡carajo! qué pasa, por ejemplo, que hace años 
no me cruzo
con un ciego?
¡¿dónde se esconden esos no videntes para hacerles 
de guía y empaparlos de caridad?!
¡los necesito!

una almohada que al fin convenza,
porque no todas convencen,
entender que el relleno es lo que enamora
e ir por ahí,
buscar inversión, producirla en serie,
volverme magnate de las almohadas, largarlo todo, dedicarme a eso.
ayudar a la tormenta a ser tormenta de verdad,
aconsejarle furia, 
¿la furia que yo uso en mis enojos?
implantarle nuevas velocidades,
proponerle brutalidad,
ahora que lo pienso,
soy una muy buena almohada,
inteligente y viscoelástica,
un bombón de almohada, 
pucha soy buena
y no lo puedo demostrar,
tengo pinta, calma, funda y perfumito,
tengo todo para que descanses,
tengo todo y algo pasa, 
ninguna cabeza,
ningún sueño,
se ha apoyado en mí,
verdaderamente en mí,
verdaderamente
todavía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario