Estas horas que no pasan

¡qué contenedoras son estas horas que no pasan!
agradezco al tiempo detenido por permitirse la quietud,
las horas no se concretan hasta el final y eso me gusta.
¡qué amorosas estas horas que no pasan, por dios!

no hay fórmulas para proteger los bienes 
que se pierden mientras dura 
ese desalojo completo de frescura
que es el insomnio.
no hay un escondite para esta familia dislocada,  
que en cada cena se arroja pan,
que no se note, el pan arrojado, 
el modelo de amor desbarrancado,
las heridas,
que no se noten.

dos opciones: 
uñas asquerosamente comidas hasta el fondo,
(ser despiadado con uno mismo.)
o uñas larguísimas de un color bien raro, cercano a lo diabólico.
(ser despiadado con uno mismo, también).

enterarse de algo así, consternación, desconsuelo,
enterarse que existe un color diabólico
entre todos los colores, terrible hallazgo, terrible.
¿cómo es ese color diabólico?
¿más cercano al celeste, al rojo, al naranja, al negro?
¿tiene un nombre que no conocemos 
o simplemente lo podemos llamar "color diabólico"?
quedarse sin palabras
es una mentira,
¡pruébenlo! ¡imposible!
quedarse sin mentiras
¡pruébenlo! es posible.
enterarse de algo así, consternación, desconsuelo,
nos hemos enterado que un sector muy tuyo quedó sin bañarse,
conocemos a la perfección ese sector,
te alejaste del jabón por un tiempo,
pero es sorprendente, olés rico, 
¿cómo se explica?
tu pena es coqueta, 
tu conquista es máxima,
felicitaciones, mínima es nuestra queja.

resbalarme y romperme el coxis
sería un precioso regalo doméstico, 
sería...para esta rutina...
como una invitación a pasear en globo aerostático un día de semana.
una fractura de algún hueso crucial 
podría
marear
definitivamente 
mis días
de color bien raro, 
cercano a lo diabólico,
como uñas que crecen más allá de lo posible.

¡Estas horas que no pasan son de una belleza distinta,
hay un fulgor anti-avance del tiempo que me encanta,
que me hace pedirle al tiempo que siga comportándose así!