Mujer cautiva de roja leche
se resbala cuchillo en mano
al mostrar
cuán lejos la llevan
la tuercen sus implacables
patas de escape.
Mujer cautiva de roja leche
en tiempos de rito amoroso
supuestamente triunfal
clava sus románticas pezuñas
sobre un indiferente pectoral.
Cuando descubre que el rito
de amoroso no tuvo nada,
no se perdona
el ingenuo accionar
de sus pezuñas,
no se perdona
haber dado en bandeja
su desnudez,
su ridícula obstinación
de termita.
Mujer varada en el fuego
acribilla su propio calor
con la pregunta
cuál es mi norte vincular
ahora que ya renuncie
a cariños
apócrifos o de mísera duración.
Mujer cautiva de roja leche
escribe carreteras
esculpe razones
con fiereza
como única alhaja.
En la sobremesa de eructos, pintalabios
y atroces estrategias,
mujer de roja leche dice a sus amigas
vengo sorbiendo mandatos sin gusto
hace millones de sopas,
mi corazón es como ese tipo de edificio nuevo que ahora construyen donde se filtra absolutamente todo, desde un lloriqueo de canilla hasta la mismísima breve fritura,
debería entonces cuidarme de que lo que siento no se escuche,
mi autonomía tendría que dejar de ser promesa, yo tendria que dejar de ser
un fósforo ni prendido ni apagado.
Es esta noche la noche en que se me abrirán los puntos de mi costura de penas.
Es esta noche la noche
en que en un acto agresor
o de mera distracción
mi herida
brotará
su antiguo
ciclo de cascadas
y oscuras conferencias.
ahora que yo soy mi propia consejera
ahora que me hablo y me cuido a mí
como nunca antes,
ni se me ocurra hacerte caso.
Nuevamente, reitero: es precioso.
ResponderEliminargraciasSSSSSSSS
Eliminarque tierno que lees esto!!